lunes, 23 de agosto de 2010

Confesión-Capítulo IV-Parte 3

Me encontraba con los ojos suavemente cerrados. Había perdido la fuerza, dado el éxtasis que acababa al que acababa de ser sometido. Me encontraba en la misma posición en la que la había visto morir.
Miré la película unos instantes; el musical proseguía, ajeno a todo lo que pasaba. Miré a la muchacha. Su belleza no había desaparecido, a pesar de que ganaba mucho más con los intestinos en su sitio.
Su boca seguía entreabierta y sus ojos tenían la mirada perdida. Se los cerré y besé sus labios, empapados de sangre, para saborearla y mancharme el rostro. Consulté la hora en mi reloj. Serían las dos de la madrugada y Robert todavía no había venido.
Y, mientras esperaba decidí sentarme en un sillón. Oí que el bebé había empezado a llorar arriba. Maldije en silencio y esperé a ver si se callaba, pero no tuve esa suerte. La criatura cada vez berreaba más fuerte.
Creo que pregunté al aire, cómo si realmente pretendiera obtener respuesta, que qué quería. Obviamente la única respuesta que obtuve fue un aumento en la intensidad de los llantos del pequeño. Subí las escaleras lentamente y caminé hacia el habitáculo del que provenían los gritos.
Era la habitación de Robert y su mujer. Estaba perfectamente decorada. La cama era muy grande, con patas finas y bordes dorados. Me llamó bastante la atención el estilo antiguo y bien cuidado. La cuna era de madera oscura, a juego con el resto de la habitación y las pequeñas sábanas eran azuladas, con bordados blancos en los que se leía "Charles", supuse que era el nombre del niño y me encogí de hombros.
Le miré detenidamente. Era de piel blanca y, como todos los bebés, era pequeño aunque grande para su edad. Su cara estaba de un intenso color rojo, de tanto llorar.
Le dije que si seguía berreando se ahogaría, pero no me entendía, como es lógico. Así que lo cogí por debajo de los hombros y le miré a los ojos seriamente.
Le repetí lo mismo. Él dejó de llorar y me miró también. Sus ojos eran iguales a los que tenía su madre. Volví a recordar el éxtasis que había experimentado con ella y me temblaron las manos levemente. El bebé rió a carcajada limpia. No entendí por qué. Decidí que lo mejor era dejarlo otra vez en la cuna, pero eso no era buena idea ya que al hacerlo, volvía a llorar.
Y, cuando estaba debatiendo conmigo mismo qué era mejor, si dejarlo en la cuna o no, oí unos pasos pesados en el pasillo. Parecía que alguien se tambaleaba en él.
Miré hacia atrás, al tiempo que aparecía Robert, borracho, con un cuchillo en la mano. Me dijo que soltara a su hijo. No lo hice, lo retuve entre mis brazos.
Se puso a decir cosas incoherentes y entonces, se abalanzó sobre mí con el arma blanca en alto, intenté apartarme pero el viejo cuchillo de cocina había atravesado el pequeño pecho de su propio hijo.
Por vez primera, me asusté un poco. Me insultó de nuevo y me dijo que le había asesinado. Suspiré y esquivé sin mucha dificultad los intentos de ataque del doctor borracho.
El pequeño yacía sin vida a mis pies, su padre con los ojos llenos de lágrimas intentó atacarme de nuevo, con mayor intensidad. Estaba furioso y no iba a dudar en matarme. Y eso estaba intentando.
Mientras lo hacía, le dije que debería dormir mas respondió que iba a llamar a la policía. Me reí mientras le replicaba que estando borracho no tenía muchas posibilidades de que le creyeran.
Me maldijo e intentó acorralarme de nuevo, pero no hace falta ser muy hábil para huir de una persona ebria.
Le miré desde el marco de la puerta, tenía los ojos fuera de sus órbitas y el cuchillo manchado de la sangre del pequeño se balanceaba en su mano derecha, estaba intentando mantener el equilibrio, pero parecía que no podía sostenerse en pie. Creí que, de un momento a otro, iba a derrumbarse.
Dijo que me encontrarían y tomó un móvil entre sus manos. Sonreí ante la idea de que llamase a la policía, al fin y al cabo, el único que tenía un arma manchada de sangre era él, no yo.
Así pues decidí que lo mejor era irme ya y, así lo hice, me esfumé tal y como había venido. Salí corriendo, camino de mi casa. Debía arreglarlo todo si quería que saliese como yo quería.

4 comentarios:

  1. WFT¿!? me acabo de traumatizar O_O

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  2. Ay pobre que le he creado un trauma psicológico u.u"" Lo siento... Tú tranquila mujer, una tila?

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  3. creo que no se supera ni con eso =(

    Pobre niñooo!!! sniff!!!

    Quiero el siguienteeee

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  4. Podéis seguirla ahora dónde seguiré escribiendo:
    http://confesion-drlambert.blogspot.com/

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